In the previous chapter we were tasked with controlling the legendary beasts, to do that we need the help of the 4 main tribes, so our goal is to head to each of the tribes and convince them to join us. We also aim to head to a lab to repair our sheikah tablet. However, I don't intend to focus so much on the main thing yet, I'm more interested in completing as many shrines as possible to increase my stamina and hearts.
Exploring I was able to find a total of 4 shrines, which by the way were pleasantly much more complex than all the ones I had completed so far, in a couple of them I had to stop for a moment and think clearly to interpret what I should do, which is fine because it makes completing them more satisfying.
After finishing with the shrines I wanted to continue with the adventure, going into caves, forests and everything that seemed curious. I came across a small ranch in the middle of nowhere where I could rest and buy some resources like arrows, ingredients, etc. There were also some travelers I could talk to, two of them even gave me a second assignment related to a treasure.
A very good detail of the side quests in this game is that they leave everything to your interpretation, I mean; The mission statement may tell you what to look for, but in no case it will be marked on the map, it is up to you as a player to follow the clues to complete them, for example: "There is a treasure following the river to the north...", "there is a dangerous area located in the mountain to the south... ", etc.
I also encountered a big Kolog named Obab, which allows me to increase the size of my inventory in exchange for Kolog seeds, which I obtained throughout the adventure by completing small mini-games like lifting specific rocks, destroying specific objects, etc. I thought they were collectibles, so I'm glad to see they do some good.
Finally, after a good few hours of exploration I decided to advance a little in the story and set off towards the laboratory, although on the way I came across an area of interest; There was a giant cyclops sleeping in the middle of a forest. I did not hesitate to approach and fight him, I was curious to see what kind of combat it would be and the rewards I would get if I managed to defeat him. The mechanics consisted of aiming at his eye and trying to hit him with an arrow to knock him to the ground and attack him with everything.
The combat was challenging, with one or two blows he was able to kill me. When I defeated him he gave me as a reward his nails and teeth which, based on the description of them, are used to make elixirs. Honestly I was expecting something more substantial as a reward, but just for the combat it was worth it.
After finishing with the cyclops I continued on my way and arrived at a new village. Taking advantage of the fact that in this village there was also a clothing shop, I sold some valuables to earn a few rupees and finish buying the complete set of armor.
A little after the village was the laboratory, inside it was the creator of the sheikah tablet, who noticing that it is broken, undertakes to repair it, but first she asks us to bring the blue flame to her forge.
In this assignment it was impossible for me not to think of the Olympic Games, since you literally have to carry the flaming torch from one point to another, although here there are small lanterns that will serve as checkpoints to protect the fire in case the torch goes out at some point.
Once the assignment is completed, the creator repairs our sheikah tablet and two new modules are activated; The camera module and the album module. It turns out that inside the tablet there are 12 photos that have been taken by Princess Zelda 100 years ago, before Link fell into that deep sleep. So, to recover our memory, we have to go to the places that appear in the photos, which by the way are not marked on the map, it's up to you to investigate where each one is.
With the sheikah tablet repaired we can get going to the main tribes or, instead, we can dedicate ourselves to find the locations of the photos. Either way I found it a good time to finish the adventure, honestly the game never ceases to amaze me, I had already managed to fall in love with everything that has happened, but this of having to find the locations of the photos to go recovering fragments of our memory, I love it.
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En el capítulo anterior se nos encomendó la tarea de controlar a las bestias legendarias, para hacer eso es necesario la ayuda de las 4 tribus principales, por lo que nuestro objetivo es dirigirnos a cada una de las tribus y convencerlas de que se unan a nosotros. También tenemos el objetivo de dirigirnos a un laboratorio para reparar nuestra tableta sheikah. No obstante, no tengo intenciones de enfocarme tanto en lo principal aún, estoy mas interesado en completar el máximo de santuarios posibles para aumentar mi estamina y corazones.
Explorando pude hallar un total de 4 santuarios, los cuales por cierto eran agradablemente mucho más complejos que todos los que había completado hasta ahora, en un par de ellos tuve que detenerme un momento y pensar claramente para interpretar que era lo que debía hacer, lo que está muy bien porque hace que el completarlos sea más satisfactorio.
Al acabar con los santuarios quise seguir un poco con la aventura, adentrándome en cuevas, bosques y todo lo que me pareciese curioso. Me encontré con un pequeño rancho en medio de la nada donde podía descansar y comprar algunos recursos como flechas, ingredientes, etc. También había algunos viajeros con los que podía conversar, dos de ellos hasta me dieron un encargo secundario relacionado a un tesoro.
Un detalle muy bueno de las misiones secundarias en este juego es que lo dejan todo a tu interpretación, me explico; Puede que el enunciado de la misión te diga que es lo que debes buscar, pero en ningún caso te lo marcará en el mapa, depende de ti como jugador seguir las pistas para poder completarlas, por ejemplo: “Hay un tesoro siguiendo el rio del norte…”, “existe una zona peligrosa ubicada en la montaña del sur…”, etc.
También me encontré a un gran Kolog llamado Obab, el cual me permite aumentar el tamaño de mi inventario a cambio de semillas Kolog, que obtuve a lo largo de la aventura completando pequeños minijuegos como alzar rocas específicas, destruir objetos concretos, etc. Pensé que eran coleccionables, por lo que me alegra ver que sirven de algo.
Finalmente, luego de unas buenas horas de exploración decidí avanzar un poco en la historia y partir rumbo hasta el laboratorio, aunque de camino me encontré con una zona de interés; Había un cíclope gigante dormido en medio de un bosque. No dudé en acercarme y luchar contra él, tenía curiosidad por ver qué tipo de combate sería y las recompensas que obtendría si lograba derrotarlo. La mecánica consistía en apuntar a su ojo e intentar darle un flechazo para tirarlo al suelo y atacarlo con todo.
El combate fue desafiante, de uno o dos golpes era capaz de matarme. Al derrotarlo me dio como recompensa sus uñas y dientes que, basándome en la descripción de las mismas, sirven para fabricar elixires. Honestamente me esperaba algo mas sustancioso como recompensa, pero solo por el combate valió la pena.
Luego de acabar con el cíclope seguí mi camino y llegué a una nueva aldea. Aprovechando que en esta aldea también había una tienda de ropa, vendí algunos objetos de valor para ganar unas cuantas rupias y terminar de comprarme el set completo de armadura.
Un poco después de la aldea estaba el laboratorio, dentro de él estaba la creadora de la tableta sheikah, la cual al notar que está rota, se compromete a repararla, pero antes nos pide que traigamos la llama azul hasta su forja.
En este encargo me fue imposible no pensar en los juegos olímpicos, ya que literalmente tienes que llevar la antorcha en llamas de un punto a otro, aunque aquí hay pequeños faroles que servirán como puntos de control para resguardar el fuego en caso de que se nos apague la antorcha en algún momento.
Una vez completado el encargo, la creadora repara nuestra tableta sheikah y se activan dos módulos nuevos; El de la cámara y el del álbum. Resulta que dentro de la tableta hay 12 fotos que han sido tomadas por la princesa Zelda hace 100 años, antes de que Link cayera en ese sueño profundo. Entonces, para recuperar nuestra memoria, tenemos que dirigirnos a los lugares que aparecen en las fotos, los cuales por cierto no te los marcan en el mapa, depende de ti el investigar donde está cada uno.
Con la tableta sheikah reparada ya podemos ponernos en marcha a las tribus principales o, en cambio, podemos dedicarnos a buscar los lugares de las fotos. Sea como sea me pareció un buen momento para acabar la aventura, sinceramente el juego no deja de sorprenderme, ya me había logrado enamorar con todo lo que ha sucedido, pero esto de tener que encontrar las ubicaciones de las fotos para ir recuperando fragmentos de nuestra memoria, me encanta.
