El otoño trae, a las lagunas de Ruidera, su particular paleta de pardos y dorados, que se fusionan con los verdes, y el azules y los grises de las aguas. Un espectacular y cautivador despliegue de la naturaleza que debo llevar a mis cuadros.
El otoño trae, a las lagunas de Ruidera, su particular paleta de pardos y dorados, que se fusionan con los verdes, y el azules y los grises de las aguas. Un espectacular y cautivador despliegue de la naturaleza que debo llevar a mis cuadros.