## <center> ** Con fe y con la mejor actitud se logran grandes cambios en la vida! ** </center>

En busca de una respuesta tras no entender cuál sería mí propósito de vida, al ver que ésta no era tan común como la del resto de jóvenes que conocía. Desde que manejo el uso de razón siempre viví apartado de lo que habitualmente llamamos una familia normal, y en mi mente sólo daba vueltas una pregunta; ¿por qué a mí?.

Cuando era pequeño nunca desarrollé interés alguno por seguir mis estudios universitarios. Tengo cuatro hermanos y al ir creciendo era inevitable el ser comparado con ellos por su gran nivel intelectual, siempre que eso pasaba me dejaba una sensación incomoda, pues al desarrollo de mi bachillerato sentía que no iba a poder culminar esa meta que para muchos es la más sencilla y simple.

Mis esfuerzos por interesarme por los estudios cada vez eran menos, de la nada sentía atracción por otras cosas, incluso cuando alcancé la adolescencia, vivía con mi abuelo paterno en una finca, donde las labores y oficios para mantenerlas estaban a la orden del día, en las zonas rulares pocas veces se ve el interés por ser un gran ingeniero o abogado; la mayoría sólo espera trabajar, obtener una casa y formar una familia.

Aunque la educación de valores reinaba por aquellos lares, no se veía el interés de la educación pedagógica por ningún lado y quizás esa fue la forma de pensar que adopté en aquel entonces, poco me interesaba lo que decía el resto de mi familia al ver que no podía incluso lograr tener en mis manos mi título de bachiller muchos me hacían sentir mal, pues cada vez más eran los reproches; tantas veces los oí decirme que para ser alguien en la vida tenía que tener mí título.

Muchas veces pensé que sería de mí vida si no continuaba mis estudios, jamás olvidaré un día cuando estando tan sólo y oyendo el sonido de la brisa pasar, me sentí fracasado, sentía que no valía nada, que perdería mí vida mientras la dicha de mis hermanos era prepararse para ir logrando sus metas

Lo primero que hice fue hablar con mi hermana y rápidamente ella sintió lo que pasaba en aquél momento; sus palabras de aliento no se hicieron esperar, luego de aquella conversación, supe de inmediato que yo no podía dejarme vencer por mi peor enemigo, que para aquel entonces era yo mismo, no sé de donde saqué fuerzas pero lo único que recuerdo que desde ese entonces mi forma de pensar cambió por completo y sin que nadie se diera cuenta logré con mucho esfuerzo obtener mí título de bachiller. Las preguntas más frecuentes eran ¿y ahora? ¿Eso será todo? Jamás emitía una sola palabra ante aquellos comentarios.

Cumpliendo mis 17 años ya estaba graduado, empecé poco a poco a buscar información de la carrera que para mí sería la más idónea y que no me fuera a costar mucho obtener ese título, muchas fueron las opciones, pensé que sería un gran veterinario pues mí padre de crianza así lo quería, aun no teniendo muy buena relación con él, pues en ese entonces él empezaba a formar su nueva familia que no era de gran agrado para ninguno de mis dos hermanos ni para mí, pues eso no fue impedimento para que fuera él quien me apoyará en aquellos primeros pasos para ser un estudiante universitario.

Ese sueño pensé que se iba desvaneciendo tras no haber alcanzado la puntuación máxima para optar por ese cupo, me sentía un poco triste pero eso no fue motivo para detener ni desvirtuar mí atención al querer estudiar, pues a los pocos meses ya me encontraba estudiando mí primera carrera "Producción y Supervisión Industrial".

Al año de haber empezado esa carrera comencé también a estudiar mí segunda carrera en una de las mejores universidades del país, pues en una selección logré obtener un cupo para estudiar "Criminalística y Ciencias Forenses” así pasaron varios años y a mis 21 años ya era profesional en dos carreras.

Al poco tiempo de haber culminado empecé nuevamente la universidad, ésta vez para hacer un diplomado, luego de culminarlo empieza mí experiencia laboral, en una zapatería; trabajar con el público es muy agradable pero a la vez es muy complicado, pues el trato hacia ellos varía dependiendo la disposición del cliente.

En el año 2015 quería estudiar algo que me ayudara más en cómo buscar la manera de persuadir a las personas y fue así como empecé nuevamente a estudiar, esta vez Publicidad y Mercadeo; ya para el 2017 estaba graduándome de mi tercera carrera, pero lo que sería uno de los momentos más felices de mi vida, se convirtió en el peor momento que puede pasar un ser humano, aquella alegría de saborear el éxito la empañó la muerte de mi papá y de mí abuelo, ambos con quienes viví grandes experiencias de vida, pues la delincuencia me los arrebató el mismo día, un par de semanas antes de aquella graduación.

Así llegó el día del acto protocolar, con la tristeza más grande asistí, pues aquella nueva meta tenía que ser dedicada a mis grandes guerreros que desde el cielo sé que celebraban conmigo. En ese momento comprendí que la felicidad no es completa si no se comparte con las personas que siempre estuvieron ahí. Desde entonces mí vida cambió drásticamente pues nunca he podido entender por qué DIOS decidió llamarlos, trato de entender cuál es mí propósito de vida al tener que seguir mi vida sin ellos.

Poco tiempo después hago mí primer viaje al exterior sólo pensaba en buscar una tranquilidad para mí alma, pero los intentos no fueron alcanzados pues sólo vivía reprochándole a DIOS por qué pasan cosas malas a personas buenas, pues ahora entiendo muchas cosas a las cuales tiempo atrás no entendía.

Luego de unos meses decido volver nuevamente al país, pues mí otra abuela materna con la que me crie se encontraba en sus últimos días de vida, sólo bastaron un par de semanas al llegar a Venezuela para sentir nuevamente el luto en mí corazón. Hoy en día no están esas personas que estuvieron conmigo, pero los buenos momentos y los valores que me inculcaron me mantienen hoy de pie. Es la vida que me tocó vivir a mí y aun así no me quejo, pues sé que DIOS tiene algún plan especial para mí.