Ser Inmigrante, deja una Gran Experiencia de Vida !!!.

Hace poco más de dos años decido emprender un viaje en busca de algo que quizás en ese momento no sabía, pensé que era buscando una mejor condición de vida para mí o quizás para mí familia, viendo como los terminales terrestres y aéreos del país se convertían en una lugar lleno de muchas emociones y sabiendo que es la decisión más fuerte para la mayoría de los jóvenes.

En aquel entonces emprendían un viaje sin retorno al exterior, quise probar que se sentía por un momento de la vida el viajar a un lugar desconocido sin ningún familiar, sólo con dos ex compañeros universitarios.

El momento llegó y sin saber que hacer o si hacía lo correcto decido emprender mí viaje. Mi primer país en la lista y donde pensé que sería mí estadía definitiva era Colombia, un país con un potencial muy agradable, con la alegría de oír siempre que eran dos países hermanos, noté de inmediato que el alto índice de paisanos en ese país complicaría un poco nuestra estadía allá, tomando una gran decisión y sin saber el costo de la vida más adelante, sólo tres días fueron necesarios para seguir nuestro viaje hasta Ecuador.

Un país lleno de grandes historias y con un paisaje muy increíble para quien sabe apreciar la naturaleza, pero con una cultura no muy agradable para nosotros, lo que no fue una opción a simple vista; y con la misma emoción de querer seguir nuestro viaje. Serían tres días más hacia otro país, o con las ganas de volver a Venezuela al ver lo que ya deparaba una gran travesía.

Venezolanos iban y venían con historias muy particulares, pero con grandes necesidades por quienes luchar; seguían allá dando el pecho ante un país desconocido. Oyendo tantas historias en nuestro viaje decidimos llegar a Perú, para muchos no era en aquél entonces una gran opción, quizás para nosotros tampoco lo era, pero el presupuesto nos hizo llegar a la capital de ese gran país, lleno de una cultura y gastronomía muy variada, nos abrió la puerta la ciudad de Lima.

Tratando de contactar amigos y conocidos en ese país al no tener donde residenciarnos los tres, ese mismo día de la llegada nos separamos cada uno, lo que hacía más fuerte y complicado la estadía allá.

Creyendo en el poder de la mente y en el éxito, grandes amigos me abrieron las puertas de su residencia para iniciar lo que sería mi nueva vida en el extranjero lejos de todos los miembros de mi familia, sabía que tenía que ser fuerte para poder mantenerme en ese país, al día siguiente me toca lo más complicado para todos, salir en busca de un empleo para poder avanzar, en ese proceso tuve que oír y ver como gran cantidad de venezolanos estaban pasando complicaciones allá.

En primer plano sufriendo de la xenofobia, lo que les imposibilitaba conseguir empleo y hasta residencias donde vivir, fueron pasando los días y mis intentos por conseguir empleo eran fallidos, preguntándome cada noche en mí encuentro con DIOS si había tomado la mejor decisión al salir de mí país, estaba cayendo en la desesperación, seguía insistiendo día con día, y cada vez eran más los casos de xenofobia y feminicidios que sufrían los venezolanos en el exterior.

En primer plano sufriendo de la xenofobia, lo que les imposibilitaba conseguir empleo y hasta residencias donde vivir, fueron pasando los días y mis intentos por conseguir empleo eran fallidos, preguntándome cada noche en mí encuentro con DIOS si había tomado la mejor decisión al salir de mí país, estaba cayendo en la desesperación, seguía insistiendo día con día, y cada vez eran más los casos de xenofobia y feminicidios que sufrían los venezolanos en el exterior.

En primer plano sufriendo de la xenofobia, lo que les imposibilitaba conseguir empleo y hasta residencias donde vivir, fueron pasando los días y mis intentos por conseguir empleo eran fallidos, preguntándome cada noche en mí encuentro con DIOS si había tomado la mejor decisión al salir de mí país, estaba cayendo en la desesperación, seguía insistiendo día con día, y cada vez eran más los casos de xenofobia y feminicidios que sufrían los venezolanos en el exterior.

A los pocos días de haber llegado a aquella gran ciudad llegó mí cumpleaños, juro que el más triste de mí vida, sólo en un país y separado por más de siete días de camino de mí familia, lo único que pedía como deseo era poder conseguir un empleo digno y no ser atacado por los prejuicios que ya sufrían los demás paisanos, al día siguiente de mí cumpleaños conocí a Wendy para mí un ángel enviado por DIOS.

Wendy es peruana, con el mejor corazón que puede desarrollar cualquier nativo con los extranjeros, me invitó junto con otros venezolanos a su lugar de trabajo, vaya que sorpresa que ahí encontré una gran esperanza, al día siguiente los cinco venezolanos que fuimos con ella estábamos contratados.

Dando gracias a DIOS y con una hoja de vida bastante desarrollada en mí país me tocó dirigir conferencias al frente de un gran número de jóvenes y ama de casas de su natal Perú, a las tres semanas de estar trabajando ya dirigía un zona de la parte de ventas de aquella empresa, en ese momento comprendí algo muy importante, a mis 26 años de edad era graduado en tres carreras y si algo tengo claro es que las cosas pueden ir y venir, que podemos perder las cosas materiales, en ocasiones hasta seres queridos, pero la educación es único que nadie nos puede quitar.

Allí duré varios meses aprendiendo y demostrando también los conocimientos que adquirí en Venezuela, fue una gran experiencia haber formado parte de una empresa de marketing y negocios, mis mejores momentos los pasé ahí, y grandes amistades peruanas y de otras nacionalidades que aún conservo se lo agradezco a ése mí primer empleo, luego de querer probar otros lugares me dirijo a otro distrito con otros amigos, allá empecé en al almacén de una de las mejores chocolatetias del país, Di Perugia, un empleo bastante significativo y agradable.

Así llegó Diciembre! rodeado de puros chocolates y empezando a ver las preparaciones de la época decembrina, no me imaginaba cómo después de casi 7 meses en el exterior pasaría unas navidades lejos de mi familia, pero agradecido con DIOS por las grandes oportunidades que me presentó en esta gran travesía y viendo que jamás sufrí de ningún mal trato en el extranjero.

Llegó noche buena 24 de diciembre sólo con dos amigos que eran pareja junto a su bebé, sentí que estar lejos de la familia te deja un gran experiencia de vida, y te ayuda a valorar más los momentos que ella te presente, esa misma madrugada decidí devolverme a Venezuela tratando de llegar a tiempo para recibir el año junto con mí familia, tenía grandes emociones.