In a previous post, I told you about my visit to the Castillo de la Real Fuerza, but since the history of the castle and the legend of La Giraldilla took up so much space, I ended up saving the actual museum tour for another time. Now, I’ll share what I discovered inside this beautiful, ancient place.
@gaviotawriter/visit-to-the-castillo-de
The History of Seafaring in Cuba
This is essentially what the museum is about. Right at the entrance, you’re greeted by a replica of a dugout canoe 🛶 carved from a single tree trunk.
Now, this one is tiny compared to what the Indigenous peoples of the Caribbean actually used. These boats were essential for fishing, transportation, and trade between islands. The Taíno, Carib, and other Indigenous groups would hollow out massive logs (like mahogany or ceiba) using stone tools and fire. Some canoes were large enough to carry dozens of people and were even used for long voyages across the Caribbean Sea.
Christopher Columbus and other European explorers were amazed by the Indigenous peoples’ navigational skills and the quality of their canoes. I, on the other hand, was stunned by the sheer patience it must have taken to carve an entire boat (with seats and all!) from a single trunk. But as the museum guide joked, "Clearly, without Netflix or the internet, they had a lot more free time than we do!" 😅
Nearby rooms display ceramics and other artifacts from local archaeological sites, offering glimpses into pre-Columbian life and its connection to the sea. There are also exhibits on more recent maritime history: a scale model of the castle, miniatures of famous colonial-era ships, navigational tools, and recovered artifacts from shipwrecks in the area.
The Treasure Room 🤑
Sadly, I have to warn you upfront: no photos allowed in these rooms (and security is strict). It’s a shame because, for me, this was the most fascinating part of the museum.
In my last post, I mentioned that this castle once stored gold and silver from the Americas before it was shipped to Europe. What I learned from the guides, though, is that the moat had a hidden labyrinth of tunnels and secret compartments for stashing all that wealth! And they must’ve been well hidden because I saw no trace of them. Good job, engineers. 👌
But the treasure rooms here hold recovered loot from shipwrecks near Havana—centuries-old vessels loaded with goods that modern divers have explored and salvaged.
There are chests overflowing with silver and gold, corroded and misshapen by centuries underwater. Ingots weighing several kilos. Hundreds upon hundreds of coins, barely recognizable after their time in the sea. And jewelry—so much jewelry. It was breathtaking. Why must the coolest stuff always be off-limits for photos? 😭
*The Replica of the Santísima Trinidad
Another highlight is the scale model of this ship, which was massive and legendary. The replica was a collaborative effort between several countries. It’s dotted with tiny figurines climbing the rigging, cooking in the galleys, and doing other shipboard tasks—just to give you an idea of how enormous this thing was. Now I get why sending someone to "el carajo" (the highest perch on the mast) was considered punishment. 😱
Digging into the history, the Santísima Trinidad was the most powerful warship of its time, launched in Havana in 1769—yes, built right here in Cuba, folks 😎. After upgrades, it boasted 140 cannons and was nicknamed "The Escorial of the Seas" for its sheer size and luxurious details (like mahogany-paneled cabins).
It fought in key battles, like Cape St. Vincent (1797), where it miraculously survived, and Trafalgar (1805) as the Spanish flagship. Though it fought fiercely, its slow speed and British tactics left it defenseless. It sank in a storm the next day, taking most of its crew down with it 😞.
This colossus symbolized the rise and fall of the Spanish Navy. Its legend lives on in paintings, literature, and even video games (it’s in Assassin’s Creed!) as a reminder of the age of epic naval battles. Despite its tragic end, it remains an icon of 18th-century maritime engineering. 🚢💥
This museum is a must-visit for history lovers. Every corner tells a story—whether it’s Indigenous resilience, pirate-era greed, or naval grandeur. And while I’m still bitter about the no-photos rule, the memories (and this post!) will have to do.
En un post anterior, les contaba de mi visita al Castillo de la Real Fuerza, pero como todo el asunto de la Historia del castillo y la leyenda de la Giraldilla se extendió bastante, acabé dejando el museo como tal para otra ocasión. Ahora les contaré lo que pude ver dentro de este precioso y muy antiguo lugar.
@gaviotawriter/visit-to-the-castillo-de
La Historia de la marinería en Cuba
Básicamente el museo trata de esto. Por eso, nos recibe una réplica de canoa 🛶 tallada en un solo tronco.
Ahora bien, esta es muy pequeña en comparación con lo que los pueblos originarios de la zona del Caribe usaban. Estas embarcaciones eran esenciales para la pesca, el transporte y el comercio entre las islas.
Los taínos, caribes y otros pueblos indígenas de la región las construían ahuecando grandes troncos (como los de caoba o ceiba) con herramientas de piedra y fuego. Algunas canoas eran lo suficientemente grandes para transportar decenas de personas y se usaban incluso para viajes largos en el Mar Caribe.
Cristóbal Colón y otros exploradores europeos quedaron impresionados por la destreza de los indígenas en la navegación y la calidad de sus canoas. Yo me quedé impresionada ante la paciencia que se requeriría para tallar todo un barco (con asientos y todo!!!) de un solo tronco. Pero, como diría la guía del museo, evidentemente sin Netflix ni internet, tenían mucho más tiempo que nosotros 😅
En salas cercanas hay también cerámicas y otros bienes artesanales recogidos de yacimientos arqueológicos cercanos, que hablan de la vida precolombina y su relación con el mar.
También hay salas con exposiciones más recientes: la maqueta del castillo, miniaturas de los barcos más famosos de nuestra historia colonial, implementos de marinería y otras piezas rescatadas de los barcos hundidos en la zona.
La sala del dinero 🤑
Desgraciadamente, aviso desde ahora, en estas salas hay una fierte vigilancia y la prohibición expresa de hacer fotos. Y es una lástima porque para mí es lo más interesante del museo.
En el post anterior les comentaba que este castillo era el sitio donde se guardaba el oro y la plata que venía de América camino a Europa. Lo que luego supe por las guías es que el foso tenía todo un laberinto de túneles y escondrijos para esos dineros! Y bien escondidos tenían que estar porque yo no vi nada que apuntara a eso. Buen trabajo, ingenieros 👌🏻
Pero en estas salas del dinero lo que se guardan son los tesoros encontrados en pecios cercanos a La Habana. O sea, barcos cargados de mercancías que se hundieron hace siglos y los buzos modernos han encontrado y explorado, extrayendo todos estos tesoros.
Cofres repletos de plata y oro carcomido por el mar y el tiempo, casi deforme. Barras de varios kilos. Cientos y cientos de monedas, de diferentes épocas y denominaciones, casi irreconocibles. Y joyas, muchas joyas. Aquello era precioso, lástima que no dejan hacer fotos 😭
La réplica del Santísima Trinidad
Otra de las cosas más interesantes de ver en este sitio es esta réplica a escala de este barco, que fue ENORME y muy famoso. La réplica se hizo entre varios países. Tiene hombrecitos subiendo por los cordajes y las velas, cocinando en las varias cocinas de los distintos niveles y haciendo otras labores propias de un barco. Vaya para que uno entienda lo grande que era esta cosa. Ya entiendo porqué mandar a la gente "al carajo" (la cestica en el palo más alto) se consideraba un castigo 😱
Revisando la información sobre este barco, resulta que el Santísima Trinidad fue el navío más poderoso de su época, botado en La Habana en 1769. O sea que se hizo en este país señores 😎. Con 140 cañones tras varias reformas, era llamado "El Escorial de los Mares" por su imponente tamaño y lujosos detalles, como camarotes de caoba.
Participó en batallas clave, como el Cabo de San Vicente (1797), donde sobrevivió milagrosamente, y en Trafalgar (1805) como buque insignia español. Aunque luchó bien, su lentitud y la estrategia británica lo dejaron indefenso. Se hundió durante una tormenta al día siguiente, llevándose consigo gran parte de su tripulación 😞
Este coloso simbolizó el auge y ocaso de la Armada española. Su leyenda perdura en la cultura, desde pinturas románticas hasta videojuegos (sale en Assassin's Creed!) como un recordatorio de la era de los grandes veleros y batallas épicas. A pesar de su trágico final, sigue siendo un ícono de la ingeniería naval del siglo XVIII 🚢💥
Este museo es una visita obligada para los amantes de la historia. Cada rincón cuenta algo interesante: ya sea la resistencia indígena, la codicia de la era pirata o la grandeza naval. Y aunque todavía estoy molesta por la prohibición de fotos en el área del dinero, tendré que conformarme con los recuerdos (¡y este post!).