Hay heridas que se vuelven recurrentes y que jamás sanan, existen dolores que permanecen en ti y no caducan nunca: mi precaria visión no me deja ver mucho, pero todavía puedo hablar.
Cada costra te hacen dudar, la sangre está fresca, no así la mirada, ni la comprensión. Te has vuelto un inútil expedito y por ello, sobre todo, te causa aversión eso de querer confiar en los demás, ¿no lo ves?
Heme aquí, otra vez, preso en otro espacio y tiempo, con las pupilas igual de subyugadas. Pareciera que el cuerpo es incapaz de tener amnesia con aquellas sensaciones aflictivas que te persiguen a donde vayas y que continúan repitiéndote a la compleja tristeza.
¿Cómo se cura uno si no sabes qué tiene? ¿Un doctor, un gurú, un curandero? Los diagnósticos no pueden vaticinarse y es que haz seguido al pie de la letra todo tipo de tratamientos preventivos y, de repente, recaes en el caos que tanto te prometiste quitarte de la mirada.
Y yo empiezo a creer que sí existen vidas pasadas, y en el karma, porque en esta vida no he hecho algo como para merecer esto. Debo haber sido despiadado en mi antecesora existencia y oso abusar de la falta de pruebas científicas para asumir si ya he existido, pero es que no poseo ninguna otra explicación, porque en esta realidad he obrado siempre bien y el destino, a destajo, no me ha retribuido una paz duradera.
Por desespero, he omitido lo empírico y pragmático de las evidencias de mis vidas pasadas, especulo con lo que está a la vista y creo que lo que me ha estado pasando es producto de haber sido, en otrora, alguien despiadado que dañó a muchos, que hirió a bastantes, que impidió evoluciones, o detuvo a los que iban escalando.
Esta retorcida anti teoría la aplico definiéndome al exponer vulgarmente todo lo que no soy y que, como en cualquier diccionario humanista, es una forma de describirme con antagonismo, al escupir que todo eso malo yo no lo he sido y con ello puede dejarte ver alguno de mis significados.
No soy una mala persona, tampoco he sido ruin, carezco de alevosías cuando actúo y mucho menos he lastimado intencionadamente a alguna alma. Puedo decir que no soy mezquino, ni soy bruto, me impido de ser un sedentario, vagabundo, desmotivador, o alguien agresivo que usa la venganza como método de castigo para sus verdugos.
Todo eso lo he podido ser, justificadamente. En cambio, he optado por usar el lado contrario de ese espejo para merecer algún ápice de quietud, me ha nacido volverme lo opuesto de esa conjetura que idealizo que fue mi existencia antecesora, porque no cabe otra lógica para justificar que en esta vida esté agonizando tanto.
¿Por qué me sucede esto, señor? Sé que es la pregunta más escuchada por Dios, debe ser la queja más recurrente para quienes permanecemos impedidos todavía de saber a qué se deben nuestros sufrimientos. Estamos viendo el desespero más ambiguo y ante ello elevamos plegarias al cielo por no poseer los soportes para demostrar que aquella pena tan prolongada no nos pertenece.
¿Qué pecado cometimos? ¿Dónde tenemos eso que no vemos? Las escleróticas sudan y nublan la periferia. Es como una tormenta de arena que se opone al horizonte de tus estadías y marchas. El cielo está nublado por aquellos granos y he de suponer que eso impide que baje al plano terrenal que circundo una emisiva que me permita entender a qué se deben mis devastadores suplicios.
Puede que me duela solo una uña y ese afección sea la más grave del mundo, quizá mi mortificación es un padecimiento físico y crónico devorándome por dentro, tal vez la razón es una mórbida soledad, o todo puede resumirse a que permanezco ciego y debo moverme sin saber a donde voy.
Cualquier razón es válida y puede sumarse otra más grave o insignificante a la lista. Lo único que tengo claro entre el seño y las sienes, es todo lo malo que jamás he sido para que alguna de esas penurias me esté sucediendo.
La hipótesis de que esta vida no es la única que he cometido, cobra mis 4 sentidos, pues uno siempre me ha incapacitado de poder ver a qué se debe esta realidad tan siniestra, tras haber sido tan ejemplar en el presente.
Ya no me preocupa saber quién soy. Ante las devastadoras sensaciones que he ido padeciendo pese haber hecho siempre lo correcto, ahora me cuestiono
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Some wounds become recurrent and never heal, there are pains that remain in you and never expire: my precarious vision does not let me see much, but I can still speak.
Each scab makes you doubt, the blood is fresh, but not the look, nor the understanding. You have become an expeditious useless person, and for this reason, above all, you dislike the idea of wanting to trust others, don't you see?
Here I am again, imprisoned in another space and time, with my pupils just as subjugated. Apparently, the body is incapable of having amnesia with those afflictive sensations that chase you wherever you go and keep repeating to you the complex sadness.
¿How do you cure yourself if you don't know what you have? A doctor, a guru, a healer? The diagnoses cannot be predicted and you have followed to the letter all kinds of preventive treatments and, suddenly, you fall back into the chaos that you promised so much to get rid of.
And I begin to believe that past lives do exist, and in karma, because in this life I have not done something to deserve this. Debo haber sido despiadado en mi antecesora existencia y oso abusar de la falta de pruebas científicas para asumir si ya he existido, pero es que no poseo ninguna otra explicación, porque en esta realidad he obrado siempre bien y el destino, a destajo, no me ha retribuido una paz duradera.
Out of desperation, I have omitted the empirical and pragmatic evidence of my past lives, I speculate with what is in sight and I believe that what has been happening to me is the product of having been, in the past, someone ruthless who harmed many, who hurt many, who prevented evolutions, or stopped those who were climbing.
This twisted anti-theory I apply by defining myself by vulgarly exposing all that I am not and that, as in any humanist dictionary, is a way of describing myself with antagonism, by spitting out that all that bad I have not been and with that I can let you see some of my meanings.
Neither am I a bad person, nor have I been mean, I lack malice aforethought when I act and much less have I intentionally hurt any soul. I can say that I am not mean, nor am I brutish, I keep myself from being sedentary, vagabond, unmotivated, or someone aggressive who uses revenge as a method of punishment for his tormentors.
All of that I could have been, justifiably. Instead, I have chosen to use the opposite side of that mirror to deserve some modicum of stillness, I have been born to become the opposite of that conjecture that I idealize that was my antecedent existence, because there is no other logic to justify that in this life I am agonizing so much.
¿Why is this happening to me, sir? It must be the most recurrent complaint for those of us who are still unable to know to what our sufferings are due. We are seeing the most ambiguous despair and in the face of it we raise prayers to heaven for not having the means to prove that such prolonged pain does not belong to us.
¿What sin did we commit? Where do we have that which we do not see? The sclerae sweat and cloud the periphery. It's like a sandstorm that opposes the horizon of your sojourns and marches. The sky is clouded by those grains and I have to suppose that this prevents me from descending to the earthly plane that surrounds me an emissive that allows me to understand what my devastating sufferings are due to.
Maybe my mortification is a chronic physical ailment devouring me from the inside, maybe the reason is a morbid loneliness, or everything can be summed up in the fact that I remain blind and I must move without knowing where I am going.
Any reason is valid and another more serious or insignificant one can be added to the list. The only thing that is clear to me, between my eyes and my temples, is how bad I have never been for any of these hardships to be happening to me.
The hypothesis that this life is not the only one I have committed, takes my 4 senses, for one has always incapacitated me from being able to see what this sinister reality is due to, after having been so exemplary in the present.
I no longer care to know who I am. Faced with the devastating sensations that I have been suffering despite having always done the right thing, I now question myself.