La sociedad actual presume del avance, del progreso, de la modernidad, de vivir rápido; pero está completamente cansada, está saturada. Este sistema nos está consumiendo y lo curioso es que muchos aplauden.
La espiritualidad pasó al último lugar de las prioridades. El éxito del dinero, prestigio y poder, es lo más anhelado. Cuando no te alineas a este sistema, eres un bicho raro y la sociedad te aparta. Lo que quiere el sistema son entes de productividad, que no cuestionen las reglas, que siga por ese camino donde aporta para que siga creciendo, aunque devore nuestra esencia.
Todos somos seres espirituales, pero pocos quieren despertar para reconocerlo. Es mejor vivir dormido, como un adicto, sedado e hipnotizado. No quieres perder sus dosis de dopamina, no quieren perder sus puestos de reconocimiento por ser tan productivos, Hay que salvar el progreso, porque algún día nos salvará, aunque nos destruya en el camino.
Quienes viven de forma lenta y en profundidad, son criticados, son expulsados del grupo, ya que son aburridos. El aburrimiento es una de los conceptos favoritos del Ego, ya que lo usa para que sientas culpa y salgas de esa incomodidad, por supuesto para pasar a ser más productivo y llenes tu cuota de aporte al sistema, este que nunca esperará menos, porque nunca estará conforme con tu aporte, siempre te exprimirá más y más.
El Ego también nos llena de estímulos, para que pensemos que así nos alejamos de eso tan malo que nos creó, llamado aburrimiento; cuando en realidad no existe. Esos estímulos nos crean adicción, que es muy oportuna para que no cuestionemos todo este lío. 😁
Vive en profundidad, una vida más reflexiva...