El día de ayer, al regresar a casa tras mis compromisos laborales, mi esposa y yo nos encontramos en una encrucijada: salir a correr o quedarnos en casa, considerando las intensas lluvias que habían estado azotando la zona. La indecisión nos acompañó hasta que, justo cuando la lluvia cesó un poco, decidimos arriesgarnos.
Nos dirigimos a la zona habitual donde solemos reunirnos para trotar en equipo. Desde allí, el cielo parecía un poco más despejado, lo que nos dio esperanza. Sin embargo, al llegar nos encontramos con una ligera llovizna. Mientras decidíamos si debíamos continuar o no, comencé a calentar. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que, a pesar del clima, la energía y la emoción comenzaban a invadirme. El viento estaba fuerte esto le dió un toque de aventura a nuestro entrenamiento.
Finalmente, decidimos lanzarnos en ese recorrido de 10K que tanto me gusta. Esta ruta es mixta, lo que significa que combina diferentes tipos de terreno y paisajes, algo que siempre me motiva. Durante todo el recorrido, disfruté todas las cuestas, aunque siempre con un ojo puesto en la carretera, ya que estaba muy húmeda y resbaladiza. La precaución fue clave para evitar cualquier accidente.
A pesar de los pequeños inconvenientes del clima, el entrenamiento estuvo increíble. Correr bajo la lluvia tiene su propio encanto; cada zancada lo viví al máximo. Las gotas de agua sobre mi eran refrescantes, y de algún modo me ayudaron a liberar el estrés acumulado del dia.
Al final, regresamos a casa satisfechos y llenos de energía. A veces, enfrentarse a un reto inesperado puede llevarte a experiencias muy lindas.
Así que no dejesmos que el clima nos detenga.
Yesterday, upon returning home from my work commitments, my wife and I found ourselves at a crossroads: go for a run or stay at home, considering the heavy rains that had been lashing the area. Indecision accompanied us until, just as the rain let up a bit, we decided to take a chance.
We headed to the usual area where we usually meet for team jogs. From there, the sky looked a little clearer, which gave us hope. However, upon arrival we were met with a light drizzle. As we were deciding whether or not we should continue, I started to warm up. It was at that moment that I realized that, despite the weather, energy and excitement was beginning to invade me. The wind was strong and this gave a touch of adventure to our training.
Finally, we decided to launch ourselves on that 10K course that I love so much. This route is mixed, which means that it combines different types of terrain and landscapes, something that always motivates me. Throughout the entire route, I enjoyed all the hills, although always keeping an eye on the road, as it was very wet and slippery. Caution was key to avoid any accidents.
Despite the minor inconveniences of the weather, the training was amazing. Running in the rain has its own charm; every stride I experienced to the fullest. The water droplets on me were refreshing, and somehow helped me release the accumulated stress of the day.
n the end, we returned home satisfied and full of energy. Sometimes, facing an unexpected challenge can lead to beautiful experiences.
So let's not let the weather stop us.