Este domingo me desperté con una energía excepcional, listo para disfrutar de un entrenamiento en equipo. Comencé mi día activándome con una ducha y, para no perder el ritmo, me preparé una taza de café que me ayudó a despejar la mente. Después de vestirme, salí junto a mi esposa hacia nuestro punto de encuentro.
Al llegar, nuestros compañeros de entrenamiento se fueron incorporando poco a poco. Tras un breve saludo y algunas risas, decidimos que hoy recorreríamos 15 km. La ruta que elegimos para esta jornada la llamamos “Las casitas de Macarapana”, un trayecto que siempre nos brinda hermosos paisajes y buenos retos.
Inicié el recorrido con 2 km suaves, permitiendo que mi cuerpo se adaptara al ritmo. Mantener este paso ligero me ayuda a concentrarme, disfrutar del paisaje y preparar mis músculos. A medida que avanzaba, fui sintiendo cómo la energía del grupo me motivaba aún más. Hasta el km 10, mantuve un ritmo constante, disfrutando este proceso.
A partir de ahí, decidí incorporar un poco más de intensidad con sprints de 100 metros hasta llegar al km 14. Esta parte del entrenamiento fue particularmente emocionante, pues me permitió dar lo mejor de mí y sentir la adrenalina fluir, Cerrar la sesión con estos sprints era justo lo que necesitaba.
Al finalizar, sentí una gran satisfacción por haber compartido otro domingo de entrenamiento con amigos,
me encanta formar parte de este equipo, donde cada uno aporta motivación y energía, al llegar a casa realicé unos estiramiento y terminar mi jornada de entrenamiento.
This Sunday I woke up feeling exceptionally energetic, ready to enjoy a team training session. I started my day by getting active with a shower and, so as not to lose momentum, I made myself a cup of coffee to help clear my mind. After getting dressed, I left with my wife to go to our meeting point.
When we arrived, our training partners gradually joined us. After a brief greeting and some laughter, we decided that today we would run 15 km. The route we chose for this day is called ‘Las casitas de Macarapana’ (The little houses of Macarapana), a route that always offers us beautiful landscapes and good challenges.
I started the route with a gentle 2 km, allowing my body to adjust to the pace. Maintaining this light pace helps me to concentrate, enjoy the scenery and prepare my muscles. As I progressed, I felt the energy of the group motivating me even more. Until km 10, I maintained a steady pace, enjoying the process.
From there, I decided to incorporate a little more intensity with 100-metre sprints until I reached 14 km. This part of the training was particularly exciting, as it allowed me to give my best and feel the adrenaline flow. Ending the session with these sprints was just what I needed.
At the end, I felt great satisfaction at having shared another Sunday of training with friends. I love being part of this team, where everyone contributes motivation and energy. When I got home, I did some stretching and finished my training day.