Hoy tuve la oportunidad de seguir avanzando hacia mi meta y decidí hacer una ruta de simulación para el Caracas Rock 2025. He estado escuchando las experiencias de varios amigos runners que han participado en este evento, y una de las cosas que me comentaron es que los primeros 5 kilómetros son bien desafiantes por la subida. Así que me preparé mentalmente y me lancé al recorrido.
Salí junto a mi esposa, @mcookies. Después de un calentamiento dinámico me sentí listo para hacer este entrenamiento. Con el clima frío y nublado inicie, mis piernas las sentía pesadas, como si llevara dos bloques atados. Pero sabía que eso era parte del proceso.
Con cada kilómetro que avanzaba, mis piernas empezaban a relajarse. Fue aproximadamente en el kilómetro 4 cuando la naturaleza me hizo un regalo inesperado: un mango cayó justo frente a mí. Lo recogí y mientras corría, disfruté de esa deliciosa fruta. ¡Qué forma tan rica de recargar energías!
Al llegar a la mitad de la ruta, no pude resistirme y tomé algunas fotos para inmortalizar el momento. La belleza del paisaje y el esfuerzo valían la pena. Ahora, en el tramo de bajada, sentí cómo el ritmo se volvía más ligero, y pude relajarme un poco más.
A veces, es en esos momentos desafiantes donde encontramos la verdadera alegría de correr. Cada paso que doy me acerca más a la meta, y cada experiencia me enseña algo nuevo.
Vamos por más, equipo 💪🏃🔥🏃🤗
Today I had the opportunity to keep moving towards my goal and decided to do a simulation route for the Caracas Rock 2025. I have been listening to the experiences of several runner friends who have participated in this event, and one of the things they told me is that the first 5 kilometers are very challenging because of the climb. So I prepared myself mentally and went for it.
I went out with my wife, @mcookies. After a dynamic warm up I felt ready to do this workout. With the cold and cloudy weather I started, my legs felt heavy, as if I was carrying two blocks tied together. But I knew that was part of the process.
With every kilometer I went, my legs started to relax. It was at about kilometer 4 when nature gave me an unexpected gift: a mango fell right in front of me. I picked it up and as I ran, I enjoyed the delicious fruit - what a great way to recharge my batteries!
When I reached the halfway point of the route, I couldn't resist and took some pictures to immortalize the moment. The beauty of the landscape and the effort were worth it. Now, on the downhill stretch, I felt the pace become lighter, and I was able to relax a little more.
Sometimes, it's in those challenging moments that we find the true joy of running. Every step I take brings me closer to the finish line, and every experience teaches me something new.
Let's go for more, team 💪🏃🔥🏃🤗.