Este domingo fue especial. Después de una tormenta que nos despertó a todos en la madrugada, me levanté con una energía renovada y un entusiasmo increíble. Mi esposa y yo habíamos planeado un recorrido con amigos que pertenecen a equipos de running, y sabía que sería una gran manera de disfrutar y tener un día diferente. Nos dirigimos hacia La Concha Custica, en Carúpano, estado Sucre, un lugar que siempre me inspira.
Al llegar, ya había varios compañeros listos. La lluvia había dejado el aire fresco y ligero, perfecto para correr. Comencé mi calentamiento mientras esperábamos a los demás, disfrutando de las conversaciones, la echadera de bromas y las risas que solo se da entre amigos que comparten esta pasión.
Una vez listos, iniciamos el recorrido por la maravilla línea costera. Decidimos hacer dos vueltas de 5 kilómetros cada una. La primera vuelta la disfruté al máximo; me sentía ligero y feliz. El clima era ideal, con una brisa refrescante que hacía cada paso ligero. Al final, completamos 10.110 kilómetros, mi ritmo promedio de 5:16 min/km, manteniéndome en mi zona 2, donde me siento cómodo y en control.
Sin embargo, al llegar al kilómetro 7, la adrenalina me invadió, y junto a un amigo decidimos aumentar el ritmo progresivamente. Fue emocionante ver cómo bajábamos nuestro tiempo, llegando a estar por debajo de los 5 min/km. vivir esa sensación es unico.
Al final, no solo se trató de correr 10K; si no de compartir risas, esfuerzo y siempre disfrutar esos momentos que hacen darte más empujé para seguir con tus objetivos.
This Sunday was special. After a storm that woke us all up in the wee hours of the morning, I woke up with renewed energy and enthusiasm. My wife and I had planned a run with friends who belong to running teams, and I knew it would be a great way to enjoy and have a different day. We headed to La Concha Custica, in Carúpano, Sucre state, a place that always inspires me.
When we arrived, there were already several companions ready. The rain had left the air fresh and light, perfect for running. I started warming up while we waited for the others, enjoying the conversations and jokes that only happen between friends who share this passion.
Once we were ready, we started our run along the marvelous coastline. We decided to do two laps of 5 kilometers each. I enjoyed the first lap to the fullest; I felt light and happy. The weather was ideal, with a refreshing breeze that made every step light. In the end, we completed 10.110 kilometers, my average pace of 5:16 min/km, keeping me in my zone 2, where I feel comfortable and in control.
However, when we reached kilometer 7, adrenaline invaded me, and together with a friend we decided to increase the pace progressively. It was exciting to see how we lowered our time, getting to be under 5 min/km. to live that feeling is unique.
In the end, it wasn't just about running 10K; it was about sharing laughter, effort and always enjoying those moments that make you push yourself to continue with your goals.